LittleMissSparks. |
Puedes vaciarle los ojos a la calabaza,
pero no por ello evitarás que deje de ver
lo que no debería haber visto.
Puedes ponerle una vela en su interior,
pero no por ello habrá luz en su mirada.
Puedes celebrar Halloween o la noche de los muertos vivientes,
pero no por ello resucitarán.
Puedo hacer de mi cabeza una calabaza y vaciarme
tocarme el timbre preguntarme Truco o Trato
pero ninguna de las dos opciones me salvará de ti.
Puedo hacer de mi cabeza una calabaza y vaciarme
tocarme el timbre preguntarme Truco o Trato
pero ninguna de las dos opciones me salvará de ti.
Ni tú estás muerto
ni yo estoy para resucitarte
ni creo en esta celebración.
Sólo soy una calabaza
a la que por mucho que he intentado
tallar otros ojos, vaciar la mirada
y poner un poco de luz,
nunca ha dejado de ver la noche
en la que el niño no le abrió la puerta, ni le dio caramelos.
Porque no es cierto que
sin ojos se vea todo negro,
sin ojos no se ve nada nuevo,
pero se ve, una y otra vez, lo que ya se ha visto.
Y, quizá,
ese color de vidarrepetida
sea peor que el negro, que el naranja.
Peor que una noche llena de adultos
con disfraces que tienden a ser más ridículos que terroríficos,
que el timbre de casa sonando una y otra vez
- ojalá un murciélago saliendo del telefonillo -
con niños odiosos pidiendo caramelos,
que las casas adornadas con calabazas de plástico,
guirnaldas de fantasmas y telas de araña falsas.
Y que no me gusta la noche del 31 de octubre,
ni las tumbas aunque sean de repostería
y en paz,
¡y basta!
Puedes odiar esta noche
y adorar la idea de ser calabaza
y acabar hecha crema o bizcocho,
pasada la celebración
- visto así, el post Halloween no difiere tanto del desamor-.
pero no hay Truco ni Trato
cuando sólo la tristeza puede salvarte.
Y eso sí da miedo.
Puedes celebrar Halloween
cuando sólo la tristeza puede salvarte.
Miedo.
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